La lengua es portadora de la cultura y también parte integrante de la misma. Es indispensable la
lengua para la transmisión y la difusión de una cultura nacional, así como para realizar intercambio
con otras culturas. Conocemos y entendemos la cultura por medio de la lengua.
Somos aprendices y profesionales de idiomas, utilizamos el chino y el español como
herramientas en nuestras faenas, y perseguimos un mejor manejo de los dos durante toda una
vida, es decir, los tomamos como objeto de nuestra dedicación vital. Para conseguir éxitos tanto
en nuestra lengua materna como en la lengua extranjera, necesitamos respaldarnos en un robusto
bagaje cultural. Gracias al dominio de estas dos lenguas disfrutamos de dos vastos mundos
culturales. La lengua y la cultura se complementan y se enriquecen mutuamente, nuestra habilidad
en la lengua y la cultura china nos ayudará sin duda a aprender bien el español, y asimismo, a
comprender la sociedad y la cultura de los países hispanohablantes.
La traducción es en general un ejercicio lingüístico y en particular la lingüística comparada
en su sentido más práctico, ya que en el proceso de la faena, no cesamos de hacer comparación o
contraste entre dos lenguas, con propósito de encontrar similitud y dar una versión literal en la
lengua meta, o identificar diferencia para efectuar una adaptación en la misma. Naturalmente la
traducción también es un trabajo cultural, y constituye el medio más importante de intercambio
cultural y de aprendizaje recíproco entre dos naciones, gracias a ella las culturas evolucionan y se
hacen más esplendorosas. Trasladar y difundir las obras de la lengua china al mundo hispánico es
una misión importante para los hispanistas de hoy y del futuro.
Ahora la inteligencia artificial está aplicándose a la enseñanza de lenguas extranjeras
y a la traducción, por tanto, la eficacia de la transformación lingüística va mejorándose
considerablemente, ¡y nos gratifi ca ver la increíble capacidad de la nueva tecnología de ofrecernos
un servicio lingüístico tan rápido! Al mismo tiempo, el avance tecnológico es inquietante, porque
muchos estudiantes y traductores temen no tener nada que hacer en el futuro. De hecho, esto es un
malentendido, pues, podemos formular un montón de preguntas para disipar las dudas, entre otras,
¿aprendemos español solo para ser traductor? ¿No quieren hacer mejor su trabajo los traductores?
Los asuntos diplomáticos, el comercio exterior, la gobernanza global, el derecho internacional, las
informaciones y la comunicación internacional, los intercambios culturales y artísticos, los esfuerzos
por la paz mundial, ¿pueden dejarse todos estos quehaceres en manos de la IA? ¿Acaso mañana se
quedarán inútiles las entidades de relaciones exteriores? En realidad, en circunstancias nuevas de
la inteligencia artifi cial, los profesionales de idiomas extranjeros, con nuestra ventaja lingüística,
hemos de dedicarnos a labores fuera de la lengua. En cuanto a la formación de talentos en el estudio
hispánico, no nos limitaremos a dominar español para hacer traducción, esto quiere decir que implantaremos nuestro objetivo más allá del aprendizaje de la lengua española, utilizaremos esta
para realizar trabajos no lingüísticos o resolver problemas internacionales, así tendremos un espacio
infi nito para desplegar nuestra competencia lingüística. Por supuesto, si queremos explorar terrenos
extralingüísticos, tenemos que dar un paso afuera de la gramática y lexicología de español, hacia otro
terreno de estudio, es decir, armarnos de aptitudes multidisciplinarias.
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