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El Plan A de Mama

Fiesta y Familia

Laura Maria Tafur Potes Juan David Garcia Velez

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Laura Maria Tafur Potes & Juan David Garcia Velez
04 February 2025
El Plan A es lo primero. Los planes b, c y demás secundarios, han hecho un mundo lleno de añadidos, de medios muy potentes, pero de raquíticos fines. Si el mundo está mal es porque las familias están mal. El Plan A es lo primero, es una solución, es la SOLUCIÓN. Sin embargo, la familia es lo más vulnerable, es hermosa, pero frágil. La familia es encuentro y vida: FIESTA, vida real.

Los niños son la vida del mundo, el mundo fue creado para ellos, el mundo depende de la Esperanza. Los adultos y viejos solo son admitidos si han de ser como niños. Como padres, vivimos en el asombro; como familia, descubrimos, conectamos y recomenzamos en medio del venir e ir de un espiral interior, impulsado por el Amor y la Voluntad de Dios.

Pero este ser padres también implica entrar en batallas, por eso Laura y Juan son ante todo dos soldados, junto al pequeño batallón que hay en casa. Las familias se enfrentan hoy con la ideologización de la cultura, dentro de un nefasto contexto de la idea del progreso, en donde casi todo se reduce a producir y consumir. La batalla cultural es parte de la película, no podemos abandonar el mundo, el mundo necesita familias, hay demasiados salvajes, hay que domesticar al mundo...

Al tiempo que lo artificial destruye lo real y padecemos encantados por cada vez más tecnología y pantallas, la vida, la familia, las relaciones con los demás y con la naturaleza se deterioran. Lo artificial se ennoblece, lo vivo se destruye. La pérdida del Dios inmutable, ha dado paso a un mundo frágil, mutante, que se desborona en medio de opiniones, que hoy son y mañana se contradicen. Los problemas psiquiátricos atestiguan esta ausencia y despropósito. La evidente destrucción del suelo vivo, el vacío llenado por economicismo y la huida constante en viajes, pantallas y compras, corresponden a un ser humano desnaturalizado, ajeno y ansioso.

Contrario a esto, la Sabiduría disponible, ha estado siempre signada por la armonía coexistente en torno al medio ambiente. Por eso la vida rural y la agricultura orgánica entrañan en últimas, verdaderos elementos trascendentes y civilizatorios. La restauración, será una restauración filosófica y espiritual, una restauración de la familia y su Medio de vida. El verdadero culto es el culto a la Verdad, el cultivo del Amor, la trasmisión del culto y la cultura: la revelación de la Meta, encuentro y sentido. No es que la familia tenga una misión, la familia es una misión.

El Plan A de MAMÁ está disponible y, por el bien de todos, debe ser leído.
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Imprint:   Laura Maria Tafur Potes & Juan David Garcia Velez
Dimensions:   Height: 229mm,  Width: 152mm,  Spine: 15mm
Weight:   367g
ISBN:   9786280155821
ISBN 10:   628015582X
Pages:   274
Publication Date:  
Audience:   General/trade ,  ELT Advanced
Format:   Paperback
Publisher's Status:   Active

Soy Laura María, nací en Colombia en 1986, un país de muchos conflictos, pero al fin hermoso, el más hermoso de todos. Nací en Tuluá, un pueblo mediano y agradable, en el seno de una familia amorosa, aun cuando con las tensiones que nunca faltan. Soy comunicadora social por la Universidad Javeriana de Cali. Y no, mis grandes logros no son públicos, a pesar de que ahora esté publicando mis escritos. Mis mejores logros están en casa, soy la madre de seis hijos. En el 2015 decidimos, mi esposo y yo, irnos a vivir al campo. Desde esta experiencia rural y a partir de que hemos decidido educar a nuestros hijos en casa, es de donde se multiplican a diario mis aventuras, experiencias y enseñanzas. Mi vida es una vida privada, sin redes y sin enredos, con mucha atención hacia mis oficios maternos y labores de campo. Soy católica, oro, leo y aprendo y, como cualquier mortal, también sufro y cometo torpezas; tengo Esperanza, me informo de las cosas que pasan y le apuesto a un mundo mejor. Desde aquí estoy segura de mi aporte, de mi pequeño aporte, corroborando con Ernst Schumacher que lo pequeño es hermoso, y esa es mi motivación de madre que veo cada día crecer. A mí me pusieron Juan David, nombre que hasta hace poco no oía en muchos. Nací en el Valle del río Cauca, una madrugada de jueves cuando era 1981. Allí me crié, me malcrié y renací. Me metieron en el colegio de los jesuitas, en la universidad de los franciscanos y aprendí cosas: vi -entre todo- buenos ejemplos. Me metieron a patinaje, a judo y finalmente a natación, en donde hice bien nadando rápido. En el colegio jugué ""ping-pong"" (tenis de mesa) y water-polo. No fui concentrado, ni buen estudiante. No pude con las matemáticas después de la aritmética. No me entraba el inglés, no fui muy cumplido; jugué con muñecos, fichas y carritos, con canicas y juegos inventados. A Guevara me lo encuentro en todos esos intensos años de colegio y natación, ahí estás; luego vendrá el Chico y algunos otros bien grabados en lo profundo: Gracias. Antes de ser consciente del tiempo ya no tenía a papá y a mamá juntos; de lunes a viernes en casa con má, el viernes me entraba una nostalgia y en la tarde, después de las piscinas, mi papá me recogía. El fin de semana era bueno allá, pues se emprendía viaje a la finca aun cuando Judith (mi madrastra) era fuertecita conmigo. En la tarde de domingo, mi padre me devolvía a la casa en el sur; eran recorridos en cámara lenta y con la ciudad apagada en medio de las últimas recomendaciones... Me chocaba un poco volver a entrar en el otro mundo, pero bueno... Recuerdo oír de mi mamá -Ah, igualito a su papá, ahí está Manuel García pintado. De raza, soy un quemadito criollo como tantos, aun cuando siempre me he identificado con algo especial... El cruce de mis genes da para un tipo buena gente, mientras que en el cruce de mi alma hay un vívido entendimiento y sensibilidad. Dios me ha amado siempre, es Él el de siempre, el de niño y adolescente, el que me ha dado visión en medio de las loqueras, los mundos electrónicos y mis primeros escritos de juventud. Oro, amo, busco, leo y aprendo. Soy un desadaptado innato. Me estremece la música, de ahí que la mala me causa tanta repugnancia. Me sorprende la realidad. Me identifico como un campesino, como el campesino del Monte Cristo: siembro y siembro, de la misma forma en como soy sembrado. Lo mundano del mundo es la institución del fariseísmo. En este sentido, el mundo es una institución farisea. No, rechazo eso. Dios me ama, yo le amo y soy libre. Mis áreas de conocimiento, acción y contemplación son la familia, la agricultura, la ganadería, la Filosofía y la Teología, especialmente la que se refiere a la Voluntad de Dios, según los escritos de Luisa Piccarreta.

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